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Nombre
Thura.
Nacionalidad
Birmano.
Edad
16 Años.
Descripción
Un muchacho de aproximadamente 1,69 m de altura y un peso de 58 kg. Músculos bien desarrollados a través del acondicionamiento intensivo del Lethwei, extremidades largas y una apariencia delgada al llevar sus ropas normales.
Sobre ti
Thura nació en Birmania como un Huérfano, de una Mujer que dejó de respirar unos minutos antes de que el Infante ingresara a este mundo, y sin un Padre que lo recibiera, más que un Anciano con el que no tenía relación sanguínea, pues su Padre abandonó este mundo poco después de que Thura llegara.
Esto fue lo que le contó su Maestro al menos, nunca oyó una versión de la historia de su nacimiento más completa, y difícil es saber cuando este habla en serio, pues son muchas las historias que le contaba desde que tiene memoria su aparente senil Tutor, como aquellas en la que hablaba de las viejas Guerras que libraba cuando Birmania se encontraba en conflicto con el Reino Unido, contandolas con el detalle de alguien que no podría haber vivido menos de 100 años, hubo veces incluso en el que su relativamente bien conservado Maestro implicó haber vivido más de una Centuria, cosa que hasta el día de hoy le parece ridículo en general. Incluso una vez le dijo que el muchacho fue fruto de una violación y en otra ocasión le contó que había llegado a las Montañas desde el cielo y había nacido de una extraña roca, sin preocuparse por contradecirse a si mismo o tener sentido, implicando que alguna vez haya querido ser consistente con lo que Thura escuchaba de él en primer lugar.
Tenían una vida bastante humilde, por no decir pobre, vivían en un Templo perdido entre las Montañas donde habitaban, siendo el Dojo de su Maestro lo que los mantiene económicamente a flote, además de uno que otro trabajo que Thura tomaba en tiendas o haciendo mandados para sus vecinos. Vivía lo suficientemente bien como estar relativamente bien alimentado, aunque su dieta no variaba mucho de frutas, carne y arroz.
Bando, Banshay y Lethwei, Su Relativamente bien conservado Maestro le ha enseñado todo lo que ha aprendido a lo largo de su vida para enseñarle disciplina de la mejor manera que alguien puede aprender, para que sepa manejar sus emociones y que pueda ser un hombre de bien. Esto no solo por que le importara su bienestar, de otra forma lo habría dejado con alguien menos abusivo que él para que puedan cuidarlo y crezca más recursos, pero debido a la inhumana energía que tenía el jovencito para hacer trizas a enemigos el triple de su tamaño. Esto fue lo que le mantuvo aferrado a él tanto tiempo, algo que alejaría a cualquier persona cuerda del niño demonio, le pareció triste al Hombre Mayor quien veía un potencial casi inacabable en el hombrecito para hacer el bien, jamás podría confiar en alguien más para que pueda guiarlo por el buen camino que en si mismo.
Desde las montañas, hasta los Templos y los Poblados Rurales Thura y su Maestro siempre mantenían distancias con la Ciudad, el Joven por órdenes de su Maestro y El Anciano por que su Protegido es demasiado metido con los asuntos ajenos y eso podría meterlos a ambos en un embrollo. El pequeño mantenía una buena relación con el pueblo al ayudar casi siempre en las labores comunes de los pueblerinos, bajo el cuidado de su Maestro no obtuvo mala fama entre las personas de su edad o los mayores.
En cuanto a las artes marciales era ampliamente conocido, desde que puede caminar ha podido participar en combates y en Torneos de Lethwei al igual que probarse con otros Artistas Marciales debido a su "Poder" Oculto, y su talento al igual que por las enseñanzas de su maestro. Con esto ganaba bastante dinero y fama entre los Practicantes de estas artes. Era conocido como el niño protector del Pueblo, pero también era llamado por los niños "Sun-Wukong" Debido a su naturaleza salvaje e inculta, al igual que por su talento marcial.
...
No fue hace mucho que su Maestro decidió marcharse de su País Natal, Thura recuerda que esto había sido después de que el mismo hablara con un extranjero. Su anciano Maestro se había justificado con los momentos difíciles que su País atravesaba, pero a Thura aun así le disgustaba dejar el lugar donde estaban todas las personas que había conocido, y más aún cuando no tienen a nadie que los proteja ahora.
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El viaje fue de todo menos corto, pasaron por varios ambientes y terrenos deteniéndose sólo para conseguir cosas que comer. Perdió la cuenta de cuántas personas se encontraron en el camino, algunas necesitando ayuda y otras simplemente buscando robarle o arrestarle, incluso ayudaron a una mujer a dar a luz en el camino, fue una experiencia ciertamente espeluznante.
Varias historias sobre el Joven Sun-Wukong y su Maestro recorrieron los oídos de muchas personas, en el internet ya habían varias grabaciones del Muchacho levantando enormes Camionetas de varias Toneladas para salvar a un anciano de morir aplastado, mandando a volar a un Oso de una patada en la nariz, enfrentándose a múltiples Soldados Coreanos, pronto se había ganado fans por toda Asia en el par de años que duró su viaje, por culpa de su naturaleza metida.
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De forma ilegal, llegaron a Japón Tokyo luego de pasar por los bordes de China, pasando cerca de Corea del Norte, un lugar bastante alien para Thura quien no estaba acostumbrado a las Ciudades. Mucho tiempo para adaptarse tampoco tuvo, junto a su Maestro tuvieron que buscar un lugar donde poder asentarse. Empezaron con trabajos humildes sirviendo Te en una tienda, incluso su Maestro empezó a enseñar Lethwei en un Gimnasio, y al basicamente vivir en su Carreta no se preocupaban por demasiado, siendo lo bastante desapegados a lo material como para no darle tanta importancia.
Con algo de esfuerzo y paciencia, su Maestro y Thura construyeron un Gimnasio/Dojo donde pueda enseñar a los Jóvenes El Arte de Las 9 Extremidades por un precio razonable, ademas de poder dejar de dormir en la incómoda carreta y asentarse oficialmente.
¿Cual era la motivación de su Maestro como para salir de su País Natal donde tenían una vida simple, y embarcarse en un viaje en el que varias veces les han intentado matar? Su Maestro había clamado que existen personas parecidas al Joven Thura en este país, pero aún más naturalmente fuertes, personas que gobernaban los distintos puntos cardinales de Tokyo. Los días en los que su Maestro se había enfermado fueron en los que Thura se enteró de todo esto, y de cómo funcionaba Japón estando bajo el control de estas personas misteriosas.
...
El día en el que tuvo que enterrar a su Maestro fue en verdad el día más silencioso y solitario para él en toda su vida, el luto duró más de 1 mes y aun no puede dejar de sentir un vacío en su pecho. El funeral de su Maestro consistió de un numero pequeño de personas, Thura y los alumnos que tenían que no eran mayores que él mismo, algunos atraídos por la fama que el Muchacho tenía ya y probablemente buscando interrogarlo además, entre algunos vecinos quienes apreciaban al muchacho lo suficiente por el tiempo que vivieron en ese lugar.
Nadie pudo sacarlo de su hogar los primeros días, en los que se pasó rezando a Buda para que su Maestro pudiera pasar de esta vida a la siguiente, y pasaron meses enteros en los que no abría el Dojo de su Maestro, desafortunadamente para los alumnos y personas interesadas en lo que se sabía del muchacho.
Era natural en él desquitarse con la violencia, estaba enojado y triste, ¿Pero con quien se supone que lo haría, si la muerte de su maestro no tiene responsable tangible al que poder odiar?
...
Participó en varias Peleas Clandestinas con apuestas de por medio, donde demostró su talento para las artes marciales y su poderío natural. Se dedicaba también a detener criminales y meterse con personas peligrosas cuando podía, haciendo esencialmente de vigilante, buscando personas como él con las que pueda pelear, y de las que pueda aprender.